miércoles, 5 de diciembre de 2012

TOROZO- LA PIEDRA MÁGICA DEL BARRANCO



Es primavera avanzada. Cae la tarde y a través de la niebla emerge la mole del Torozo con su inagotable poder de seducción. Entre luces y penumbras, los bosque abrazan el mito vettón. Baja en torrentes el agua por las diversas gargantas del macizo y ya se pueden escuchar los cantos de los mirlos, las grullas, las golondrinas dando lugar a orquestaciones naturales que evocan a los dioses, a los robles, al cielo y las sombras.

Pronto llegara el solsticio de verano. La noche mas corta del año está a punto de producirse. Noche en que el poblado vetton de Fuente Blanca, alla oculto en una cuerda montañosa del Barranco se dispone a rendir culto a la divinidad solar, el astro indispensable para el desarrollo de la vida, representado por el fuego. El resplandor de las hogueras ilumina la danza salvaje de las  vírgenes vettonas secundadas por vigorosos jóvenes guerreros. Es la fiesta pagana, que a la vera del Torozo se repite una vez más. Es la danza que se remonta a muchos miles de años atrás, es el culto a la naturaleza, a la fuente de la vida.




Aún recuerdo la primera vez que pisé lo que identifique como el castro vetton de Fuente Blanca y aún hoy cada vez que vuelvo a pisarlo, y eso que van unas cuantas, siento la misma sensación que entonces, es como si un trozo de historia impactara contra ti y te vinculara de un modo tal, que pasaras a formar parte de todo lo que el tiempo y la naturaleza han conservado en este mágico lugar a pesar de que el 28 de Julio de 2009 fue arrasado duramente por un nefasto incendio que hace practicamente irreconocible el lugar. 


Es uno más de los muchos vestigios que salpican la geografía castellano-extremeña y que se resisten a desaparecer en una batalla desigual contra el tiempo y el olvido después de mas de 2000 años.Su ubicación cerca del manantial que le da nombre al castro, sobre un cerro a más de 1.200 metros y su estratégica situación dominando el Barranco y teniendo hacia el norte la mitica mole del Torozo y al oeste facilmente distinguible el monumental Cervunal y la cuerda del Amealito.





Seguramente durante el rito de la danza evocarian a la divinidad de IIurbeda divinidad de origen vetton bien conocida y relacionada directamente con la montaña y fundamentalmente con los pasos o caminos de montaña, una divinidad a la que se invocaría para ser protegidos en sus tránsistos ganaderos por los puertos de montaña.